Terapias y sesiones
Terapia Congnitiva-Conductual
- Como su nombre indica se trabaja con el paciente tanto a nivel de pensamientos (cognitivo) como a nivel de comportamiento (conductual).
- El objetivo final no es sólo que el paciente supere sus dificultades presentes, sino que además se vea capaz de afrontar de forma autónoma posibles futuras circunstancias que considere “amenazantes”.
Fases de trabajo
- Tras el paciente exponer los motivos por los que acude y conocer su contexto general implicado (familiar, social, laboral…), se establecerá junto a éste (de común acuerdo) un plan de actuación con los objetivos a abordar y la prioridad de los mismos.
- Para cada objetivo concreto establecido el siguiente paso será comprenderle, entenderle; cómo suele pensar, cómo se valora, qué hace habitualmente...
- Una vez logrado lo anterior, se trabajarán estrategias de actuación tanto cognitivas como conductuales que adaptadas a su persona le permita ir poco a poco enfrentándose y superando cada objetivo previamente fijado. En cualquier caso esas estrategias se establecerán también de común acuerdo con el paciente.
- Superado el conjunto de objetivos, será muy adecuado establecer un periodo de seguimiento que corrobore que el paciente mantiene por sí sólo los logros obtenidos.
Características de la Terapia Congnitiva-Conductual
- Esta terapia se centra de forma prioritaria en la realidad presente e inmediata del paciente, en su “aquí y ahora”. No obstante, si es necesario para entender su problemática actual, se analiza el pasado y su posible influencia.
- Es una terapia objetiva y directa que busca que el paciente supere o mejore lo antes posible la ansiedad, sufrimiento o circunstancia por la que acude a consulta.
- Se fomenta un trato muy humano y comprensible hacia el paciente, en el que no “se enjuicia” a éste. Se trata pues, de establecer un clima de confianza que facilite el trabajo dentro de los límites de la relación terapéutica.
Duración y periodicidad
- La filosofía de trabajo es ofrecer una terapia lo más breve posible.
- La persona no acude al psicólogo por gusto, llega a la consulta porque lo está pasando mal.
- En este sentido hay que saber ponerse en su lugar, y uno mismo darse cuenta que si fuese el paciente querría superar su malestar y sentirse bien consigo mismo lo antes que pueda ser.
- Cada sesión de terapia tiene una duración aproximada de una hora.
- La periodicidad de las sesiones suele establecerse según el caso, siendo lo habitual una vez por semana o máximo cada quincena. Sin embargo esto es relativo, depende de cada caso particular y de la necesidad del paciente.
- El seguimiento también al igual que la periodicidad depende de cada caso, lo habitual suele ser citas por meses hasta consolidar lo trabajado a lo largo de la terapia.
Dirigida a
- Se trabaja de forma individual con adolescentes y adultos. En el caso de adolescentes se mantienen también si así se requiere citas con los padres (pueden ser con éstos solos o conjuntamente con el adolescente).
- No se trabaja con niños ni se realiza terapia de pareja.