Terapia para el estrés
Vivir en un continuo estrés
El estrés es una reacción natural que puede experimentar cualquier persona de forma puntual al saber que ha de responder de forma “responsable” a determinadas situaciones o circunstancias.
El grado de intensidad con el que la persona experimenta su estrés depende mucho de su personalidad y de su capacidad de afrontamiento: se suele decir que hay quienes son más estresados y quienes son más tranquilos; todo ello dentro de una naturalidad ocasional.
Sin embargo, el problema surge cuando ese estrés natural y puntual deja de ser así y pasa a convertirse en un estrés habitual que de forma continua se instaura en la persona.
Cuando ello ocurre la persona estresada se ve frecuentemente desbordada, piensa que no tiene tiempo, que no tiene recursos, o que simplemente se encuentra perdida sobre cómo manejar o afrontarlo todo.
El estresado se desespera y se siente mal consigo mismo, y ya no sólo por no saber manejar el estrés, sino también porque como consecuencia de ello su estrés comienza a interferir en la cotidianeidad de las personas con las que convive.
En estas circunstancias quien sufre el estrés y su entorno tratan de reaccionar y frenarlo, pero ya parece escapar de control, transformándose en un poderoso enemigo.
Buscar recursos para superarlo se convierte entonces en un objetivo primordial que transforme ese estrés perjudicial en un estrés más natural, controlable y ocasional.
Síntomas de estrés
- Dificultad para concentrarse.
- Preocupación excesiva por el futuro.
- Evitación de situaciones o paralización.
- Tensión muscular.
- Dolor de cabeza.
- Excesiva autocrítica.
- Problemas de espalda o cuello.
- Malestar estomacal.
- Irritabilidad
- Miedos
- Palpitaciones
- Olvidos
¿Cómo puedes ayudar a una persona con estrés?
Quien convive con una persona que frecuentemente se ve superada por el estrés sabe de lo importante que es en esos momentos el tratar de orientarla y ayudarla a relajarse.
Esa orientación debe llevarse siempre a cabo desde el prisma de la comprensión, del razonamiento y de la aportación de posibles soluciones a sus fuentes de estrés; pero nunca desde la imposición, pues el estrado puede interpretar que no se le comprende y hacer que su estado anímico decaiga.
De cualquier forma, lo aconsejable es buscar una ayuda profesional psicológica que le facilite no sólo pautas de actuación adaptadas para saber afrontar y superar su estrés actual, sino también estrategias que le permitan prevenir futuras situaciones desencadenantes de estrés.
Tratar el estrés
El abordaje terapéutico del estrés sólo debe realizarse por psicólogos colegiados expertos en la materia.
El primer paso debe ser la comprensión de su realidad, lo que incluye no sólo sus fuentes de estrés, sino también cómo vive o experimenta las mismas, la repercusión que tienen en su ámbito social, familiar, laboral… y los recursos que actualmente emplea.
Una vez realizado lo anterior, la terapia debe dirigirse a la adquisición por parte del paciente de recursos cognitivos y conductuales que le permitan:
- Afrontar de una forma más saludable el estrés que sufre en el momento presente.
- Dotarle de estrategias con las que aprenda a defenderse y manejar posibles nuevas situaciones que pudieran derivar en estrés.
Por último será necesario realizar un seguimiento que permita comprobar que el paciente ya domina de forma autónoma situaciones similares.