Terapia para la baja autoestima
Tener baja autoestima
Cuánto nos ayuda tener una autoestima positiva y qué poco una autoestima negativa.
Y es que la autoestima o valoración personal que cada uno tenemos sobre nosotros mismos marca en gran medida cómo actuamos en nuestro día a día.
Todos tenemos nuestro propio ámbito social, académico / profesional, emocional, familiar o físico; y si en cualquiera de ellos (o en varios) nuestra autoestima es baja, podemos sufrir enormemente.
Más aún hoy en día con las directrices que nos marca la competitiva sociedad actual, donde parece que personas con baja autoestima apenas tienen cabida.
Personas tímidas, inseguras, de escazas habilidades sociales, con complejos, que se sienten menos que otras… pueden reflejar una baja autoestima y pagar un alto precio anímico.
Bien conoce la persona con baja autoestima el sufrimiento que ello le conlleva, pero también sabe o debería que es posible mejorar su autoestima o percepción que tiene sobre sí misma.
Debe luchar por ello, por mejorar su calidad de vida y por ende su propia autoestima. Ponerse en manos de psicólogos es entonces la opción más adecuada.
Consecuencias de una baja autoestima
Si bien la baja autoestima es sinónimo entre otras cuestiones de no mostrarse la persona tal cual es, de enfado hacia uno mismo y de cierta tristeza por la forma en que se actúa; también conlleva toda una serie de consecuencias que afectan de forma importante a quien la padece.
Entre las más habituales podrían citarse las siguientes:
- Necesidad en ocasiones de sentir la aprobación y el reconocimiento de los demás.
- Dificultad para decir “no” o sentirme mal por ello.
- Dejarse llevar por lo que los demás digan.
- Temor a hacer el ridículo o pensar que se puede actuar de esta manera.
- Dificultad para expresar lo que realmente se piensa, se dice o se siente en las relaciones interpersonales.
- Experimentar ansiedad en situaciones afectivas o de cierta intimidad.
- Negación de la propia baja autoestima (como sistema de defensa)
Con independencia de éstas, hemos de tener presente que cada persona experimenta de forma particular su baja autoestima, conocer al detalle cómo la vive será muy necesario para su posterior superación.
¿Cómo puedes ayudar a una persona con baja autoestima?
Si convivimos o conocemos a una persona con baja autoestima sabremos que como cualquier otra tiene “sus momentos”; habrá veces en los que se sienta con más fortaleza y crea más en sí misma, y otros en los que se encuentre anímicamente más bajo.
Cuando se sienta así con ese decaimiento, necesita de la comprensión de quien esté a su lado, de su apoyo y sobre todo de su ánimo a seguir “luchando” por mejorar su autoestima.
Debe pues servir de refugio pero al mismo tiempo de empuje; lo que nunca debe hacerse es desvalorar el esfuerzo realizado por la persona aunque éste no haya sido fructífero. Si se comete este error lo único que se provocará será incrementar su baja autoestima.
Tratar la baja autoestima
Una verdadera intervención terapéutica que permita a la persona con baja autoestima superar la misma sólo debe ser llevada a cabo por psicólogos colegiados expertos en la materia.
Cada persona experimenta su baja autoestima de forma muy particular, por lo que conocer los motivos en los que ésta se sustenta es una cuestión fundamental para su posterior superación.
Debe también conocerse cómo habitualmente piensa y actúa el sujeto, así como las consecuencias de sus éxitos o fracasos. Indagar sobre ello permitirá identificar los propios recursos que emplea y su posible efectividad o no hacia la mejora de su autoestima.
Con toda esta información el paso siguiente se encaminará a facilitarle estrategias cognitivas y conductuales que adaptadas a objetivos concretos y progresivos le conduzca a la mejora de la misma.
Una vez la autoestima esté más optimizada será conveniente establecer un periodo de seguimiento que corrobore los logros alcanzados.